Un viejo amigo me contó que hace tiempo, mucho tiempo, tuvo que enfrentarse al sentido del dolor. Un hecho traumático sacudió su vida con tal fuerza, que aún hoy se pregunta cómo pudo permanecer en pie.
Es ese el momento en el que llega la hora de preguntarnos hasta qué punto tiene sentido vivir para sufrir. Sientes miedo por no tener una respuesta inmediata ante tal encrucijada. Me contó que escondía la amargura de sus lágrimas entre carcajadas sin sentido con gente a la que no podía considerar amigos de verdad. Intentaba evadirse y sacar ese dolor de la cabeza y del corazón metiendo en su lugar cosas efímeras y de rápida actuación. El problema venía cuando se pasaban sus efectos, ya que no eran permanentes dichas evasiones.
Es ese dolor humano que, cuando carece de sentido, nos sumerge en el más oscuro de los abismos. Hace falta mucho valor para cambiar el rumbo de una vida, ya que no se sale del abismo sin dolor. Sólo le dije a mi amigo, que el valor del sufrimiento no se ve a la misma hora en la que aparece, el dolor puede ser a largo plazo el mejor maestro en la virtud de la fortaleza, y que el que es fuerte simplemente resiste.
Rafael I.
He de decirte que no me gusta como acaba esta entrada de tu blog.
ResponderEliminarDebemos dar un sentido a ese dolor, no se puede resistir simplemente rafita, debes saber porque debes de luchar y porque debes de resistir, y de ese modo podemos llegar a conseguir otra vez la felicidad.
Pablo de Toro
Joe el capi como controla no? jajaja muchas gracias!! Tienes toda la razón del mundo.
ResponderEliminar